Si analizas tu rutina diaria, probablemente descubrirás que hay obligaciones y distracciones que podrías eliminar; todo lo haces rápido, la mayoría de las veces sin vivir el momento. Das por “naturales” las situaciones positivas, mientras que a lo negativo sueles prestarle toda tu atención. Esta dinámica afecta nuestro equilibrio y bienestar.
Hoy comparto contigo algunas recomendaciones que me funcionan para vivir conscientemente a diario y bajar la velocidad, como un aporte a mi bienestar:
- PLANIFICA. Asume responsabilidad y toma el control de tu rutina. Puedes usar el medio que prefieras, tecnológico o no. Yo utilizo una agenda para anotar lo que debo hacer cada día, estableciendo los horarios correspondientes.. Lo que no es necesario o importante, sale de ella. Por supuesto que los imprevistos existen, pero intenta cumplir tu agenda lo mejor que puedas.
También, establezco el momento y tiempo máximo que dedicaré a aquello que me distrae. Ello puede variar según la persona, pero buenos ejemplos serían hablar por teléfono, revisar redes, chatear por WhatsApp, ver televisión, aplicaciones, juegos electrónicos, etc. Detecta cuáles son tus distracciones y adminístralas para que no prevalezcan sobre tu agenda de prioridades.
- NO CORRAS. Parte de tu planificación, implica establecer tiempos realistas y viables para tus actividades, cúmplelos y verás como puedes lograrlo. Cuando estés en tiempo, baja el acelerador; rápido no necesariamente significa mejor.
- VIVE CADA MOMENTO. Disfruta desde lo simple hasta lo complejo. Si amanece y te sientes bien, si te tomas un rico café, comes algo que te gusta, si algo sale bien, si estas solo o si compartes con otras personas, simplemente, DISFRÚTALO.
Generalmente, nos tomamos un café solos o con alguien y en lugar de estar allí viviendo la experiencia, saboreando el café, disfrutando de la persona, de la conversación, de lo interesante que te dice, estamos pendiente del reloj, del teléfono, de lo que haremos luego, etc.
Pero si, por el contrario, algo no sale como querías, pasas el día repasando la mala experiencia e intoxicando tus pensamientos con las emociones negativas que te genera, en lugar de aceptar y detectar de qué manera ello representa una oportunidad para avanzar, incluso mejor o más fácilmente, en el logro de tus objetivos.
Mi propuesta es que tomes consciencia del momento presente, de la experiencia que estés viviendo y la disfrutes. Si no es positiva, piensa que a veces, la vida tiene para ti un plan mejor que el tuyo, entonces, con confianza y seguridad, activa la creatividad y la resiliencia y sal fortalecido y exitoso de la situación.
Nada es más importante que el equilibrio y el bienestar.
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