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Foto del escritorLiz Torres

¿El sufrimiento es opcional?

Actualizado: 19 abr 2022


Seguramente todas estaremos de acuerdo en que hemos sentido dolor y sufrimiento en algún momento de nuestras vidas. El tema siempre ha llamado mucho mi atención, porque aún cuando la tendencia natural es rechazar o tratar de evadir esos sentimientos, con relativa frecuencia resultan inevitables. Entonces, ¿qué tal si nos detenemos un momento a pensar sobre este tema e intentamos aprender a manejarlo de manera consciente y más constructiva?


Investigando sobre este tema, encontré una clara distinción, muy interesante, entre dolor y sufrimiento. El dolor es una emoción identificable, que sentimos en el presente, en el momento en que tiene lugar una experiencia negativa. Por ejemplo, cambios no deseados, la perdida de alguien querido, el fin de una relación, o por haber sido víctima de violencia, de abusos. A pesar de ser procesos muy duros, pueden ser a la vez muy valiosos, porque pueden enseñarnos a superar circunstancias adversas, retos, al igual que aprender y crecer como seres humanos.


Por su parte, el sufrimiento procede de nuestro ego y nos genera preocupación, angustia, desesperación; en un momento distinto al presente. En otras palabras, sufrimos antes o después de que se produce el evento negativo y el sufrimiento estaría asociado a la interpretación personal que hacemos del hecho, nuestras creencias, pensamientos, actitudes y emociones poco constructivas, que nos hacen más difícil dar una respuesta adecuada a las circunstancias o retos que la vida nos presenta. Presuntamente, tendemos a sufrir porque evitamos el dolor, nos negamos a aceptar los cambios, queremos aferrarnos a viejas creencias o reglas que ya no nos sirven para avanzar, ni tienen sentido en el mundo de hoy, porque necesitamos validación de los demás. Nos sentimos reprimidos, culpables, inseguros o, simplemente, tenemos miedo. Muchas personas, sin darse cuenta hacen del sufrimiento un estilo de vida, son capaces de sufrir constantemente por algo que sucedió hace mucho tiempo atrás o, aún más complejo,, por algo que nunca sucederá.


En algunos casos esto sucede porque obtienen algún provecho de convertirse en víctimas llamando la atención de otros, manipulándolos o responsabilizándolos de su vida. O bien porque no tienen consciencia del poder que tienen para elegir NO SUFRIR y ejecutar las acciones necesarias para erradicar su sufrimiento.


Siempre me llamó la atención la conocida frase de Siddharta Gautama, Buda, que sostiene: “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”. Luego de conocer esta distinción entre dolor y sufrimiento, la entiendo y concluyo que la clave está en la respuesta que damos a las circunstancias que se nos presentan en la vida.


Parece inevitable que tengan lugar experiencias difíciles, que nos causen dolor. En este sentido, en palabras de Buda, el dolor sería inevitable, pero sí podemos elegir nuestra respuesta frente a ellas. Podemos recibir y aceptar el dolor que nos genera una determinada experiencia, en lugar de rechazarlo o evadirlo. Podemos preguntarnos para qué se nos han presentado estos hechos, aprender y crecer con ellos, superarlos, salir fortalecidos e incluso convertirlos en inspiración para ayudar a otros que también deban enfrentarlos.


Hace algunos años, mi mamá padeció de cáncer de mama y nunca olvidaré, que poco tiempo después de recibir el diagnóstico, recibió la visita de otras mujeres que habían sobrevivido a la misma enfermedad. Se sentían resilientes, valoraban más que nunca su salud y su vida, y dedicaban parte de su tiempo a inspirar a otras mujeres a luchar y curarse. Seguramente, muchas mujeres eligieron una respuesta muy distinta frente a la misma circunstancia. Entonces, podría ser la interpretación: nuestros pensamientos y actitud constructiva frente a una experiencia que produce dolor, lo que nos hace crecer como seres humanos. Lo contrario, es lo que conduce al sufrimiento. Está en nuestras manos la decisión de ser una victima o liderar nuestras vidas. Somos nosotros quienes decidimos tomar acción y buscar maneras de cambiar, pensando en cómo manejar y transformar la realidad; en lugar de permanecer en el “por qué esto me tiene que pasar a mí”. Por eso, en palabras de Buda, el sufrimiento es opcional.


Te invito a reflexionar sobre este tema y elegir ser feliz. Para mí ese es el objetivo de nuestra existencia: trabajar en nuestra transformación personal para alcanzar un estado de consciencia que nos permita convivir en plenitud y amor, independientemente de las circunstancias que nos toquen en este camino. Eso no significa que yo crea que es posible vivir una vida libre de retos o circunstancias adversas que nos produzcan dolor. Pero sí significa qu podemos hacernos responsables de nuestras vidas y aprender a identificar y manejar el dolor en beneficio de nuestro aprendizaje y crecimiento personal, y mejor aun, en pro de nuestro entorno.


Por supuesto que no es fácil, pero sí posible. Elegirlo es tu mayor poder.

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