La historia siempre tiene dos caras. Esta semana nos dedicamos a ver la positiva de la cuarentena; porque la terrible situación que nos ha llevado a resguardarnos en nuestros hogares, inesperadamente, ha provocado que cosas muy buenas comiencen a suceder.
Hagamos un breve recorrido por la información que compartimos esta semana en las redes. Comenzamos viendo la oportunidad de reorganizar nuestras estrategias para manejar apropiadamente la nueva realidad que todos los habitantes del planeta comenzamos a vivir desde mediados de marzo. Luego resaltamos la diferencia que ha supuesto la presencia de la tecnología en nuestras vidas, especialmente bajo estas circunstancias, permitiéndonos estudiar, trabajar, informarnos y mantenernos conectados con nuestros seres queridos y personas de interés. En el día Mundial del Autismo, nos permitimos trabajar la empatía al conocer un poco más el mundo visto a través de los ojos de Lara, una mujer autista quien, a través de su mensaje, nos enseñó a comprender mejor a esos maravillosos seres humanos que presentan esta condición. Salimos a la ventana y vimos el cambio en la naturaleza y el renacer del agradecimiento y solidaridad como valores fundamentales de la humanidad. Abrimos y cerramos nuestra semana conversando sobre los valores y los verdaderos lujos de la vida.
La pandemia de Coronavirus nos ha cambiado la vida a todos. Para algunos ha significado luchar y superar la enfermedad, para otros perder familiares en situaciones muy duras. Un grupo muy valioso ha salido a la calle arriesgando sus vidas por ayudar a los demás, y para la mayoría de nosotros, ha implicado quedarnos en casa y contribuir desde ahí. Sin embargo, todos, sin excepción, estamos teniendo un gran aprendizaje y una gran oportunidad para identificar lo que realmente debe ser importante para nosotros. Por un lado, saber cuáles son esos valores o cualidades que nos hacen únicos, que queremos y debemos reforzar en familia. Por el otro, reconocer cuáles son los verdaderos lujos o manifestaciones de riqueza que realmente necesitamos en nuestras vidas.
En este sentido, creo que sea cual sea el rol que te haya tocado desempeñar durante esta cuarentena, todos hemos recibido una gran oportunidad para reforzar, demostrar y ser ejemplo de valores. Hemos tenido que cooperar, ser amables y muy solidarios, respetar a los demás, actuar con justicia y con responsabilidad individual y social; y hacernos conscientes de que la verdadera riqueza se encuentra en cada día de vida con salud que hayamos podido disfrutar hasta hoy.
Valoremos y reconozcamos la labor de cada una de las personas que nos rodean: familiares, amigos, vecinos, los valientes que trabajan en el hospital, en el mercado, en la farmacia, en los diversos procesos de distribución o de limpieza para que no te falte nada; a todos los que están trabajando desde sus casas para ayudar a los demás y evitar que el mundo se detenga por completo (y aquí hago especial mención a las autoridades de educación y los docentes, quienes han hecho un gran esfuerzo y trabajo replanteando estrategias de aprendizajes para que sus alumnos sigan adelante).
Agradece y disfruta el lugar en el que vives, el que hoy se ha convertido en tu refugio y protección, muchas personas lo necesitan y no pueden tenerlo. Vive intensamente los momentos de paz, ya sea solo, con tu pareja, en familia, según sea tu caso. Bendice tu trabajo, una renta o cualquier ayuda institucional o privada, que permita mantenerte durante estos días tan difíciles, muchos se han visto imposibilitados de generarlos y viven con la preocupación de no saber cómo podrán sobrevivir.
A pesar de las dificultades y el dolor que hoy podamos estar afrontando, la oportunidad de reforzar nuestros valores, de revisar las prioridades e identificar las bendiciones que disfrutamos: ¡no tiene precio! Sin duda, es el gran regalo que, hoy, tenemos que agradecer.
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