Valentía es elegir enfrentar situaciones retadoras a pesar del miedo o la inseguridad que puedan generarnos. Entonces, ser valiente, no significa no tener miedo sino dar un paso adelante y superar nuestros desafíos, en lugar de huir de ellos.
Siempre me ha gustado verme como alguien audaz y valiente frente a situaciones desafiantes, aunque aclaro que esto jamás ha incluido riesgos extremos o innecesarios que pongan en peligro mi vida. Dependiendo de lo retador de la situación que tenía que asumir, solo pensar en lo que iba a experimentar, me hacía sentir un horrible vacío en el estómago. Sin embargo, cuando daba el paso hacia adelante y la enfrentaba, la realidad resultaba menos difícil de lo que yo había imaginado, independientemente de si el resultado era satisfactorio o no. Entender que mi mente magnificaba el impacto que una experiencia desconocida o negativa podía tener, me ayudó a ganar más confianza, a continuar atreviéndome y avanzando hasta el día de hoy.
Recientemente, descubrí que existen estudios científicos muy interesantes que demuestran que, cuando nos encontramos frente a situaciones o eventos retadores, nuestra mente nos juega en contra, haciendo predicciones muy negativas que superan a la realidad.
En 2012, la psicóloga de la Universidad de California, Linda Levine y sus colegas, descubrieron que obtener una baja calificación no impacta tanto nuestro bienestar como habríamos predicho. Las personas tenemos la capacidad de adaptarnos a los eventos insatisfactorios.
Adicionalmente, en un estudio efectuado en 2002, la psicóloga Elizabeth Dunn, de la Universidad de Columbia Británica, encontró que las personas solemos hacer peores predicciones sobre eventos negativos y sobrestimar el efecto que tendrán sobre nosotros.
Paul Eastwick, psicólogo de la Universidad de California, reveló en 2008 que, cuando terminamos una relación con alguien importante, siempre predecimos que nos sentiremos mucho peor de lo que finalmente terminamos experimentando.
En otro estudio, del profesor de psicología de la Universidad de Londres, Peter Ayton agrega un dato interesante: si algo negativo te pasa varias veces, te sigues equivocando en la predicción. En otras palabras, tener experiencia no necesariamente te ayuda a mejorar tu predicción a futuro.
La pregunta que puede surgir es ¿por qué hacemos estas predicciones negativas que superan la realidad? La respuesta la encontramos en el psicólogo Dan Gilbert, de la Universidad de Harvard, quien nos explica dos razones:
El focalismo: cuando predecimos cómo nos sentiremos si algo malo sucede, pensamos solo en ese hecho negativo puntual y no en todas las circunstancias que también formarán parte de esa experiencia logrando que no tenga el terrible impacto que imaginamos.
Subestimamos nuestro sistema inmune psicológico, del que ya hemos conversado en blogs anteriores, olvidando la capacidad que tenemos de adaptarnos y superar las circunstancias y los retos difíciles que se nos presentan en la vida.
Ahora que sabemos que nuestra mente es capaz de hacer predicciones que superan la realidad, y que nos hace creer que el impacto de un evento negativo, en nosotros y en nuestras vidas, será mucho mayor del que realmente viviremos; les propongo que recordemos que somos muchísimo más fuertes y resilientes de lo que creemos. Atrevámonos a reconocer el poder ilimitado que se encuentra dentro de nosotros y demos ese paso hacia adelante, hacia el logro de nuestros objetivos, independientemente del resultado que obtengamos: si las cosas salen bien, celebramos, y si no, aprendemos. Cuando eliges asumir la vida de esta manera, el fracaso no existe, porque todo lo que sucede se convierte en una oportunidad para crecer.
¿Por qué esperar más? Decide hoy ser valiente para crear una realidad de salud, armonía, éxito, amor y abundancia en balance.
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