En este articulo me gustaría que reflexionáramos sobre un tema muy
importante para la mujer: la autonomía económica y sus efectos.
La Organización de las Naciones Unidas ONU advierte que la mayoría de las
personas en estado de pobreza en el mundo son mujeres y a ello debemos el
término: feminización de la pobreza.
Importantes organizaciones internacionales, como es el caso de la
Organización Internacional del Trabajo OIT, reflejan que las mujeres realizan
mas de un 70% de trabajos no remunerados.
¿Por qué ocurre esto? Esta realidad es consecuencia de leyes o prácticas
discriminatorias, problemas no atendidos apropiadamente como los embarazos
adolescentes, la falta de acceso de la mujer a la educación o mercado de
trabajo, la violencia, el abuso sexual, las responsabilidades domésticas.
Insólitamente, aún seguimos evidenciando en el mundo creencias religiosas o
culturales, según las cuales la distribución equitativa de las tareas del hogar
entre los miembros de la familia y el acceso de la mujer a la educación,
mercado laboral y producción de ingresos llega a ser considerada una
amenaza para su pareja, algún miembro de la familia o la sociedad.
En este sentido, creemos que la mujer tiene el derecho a elegir la vida que
quiere vivir, sin discriminación alguna. Y que muy por el contrario, las mujeres
que se preparan, trabajan y generan ingresos no se convierten en una
amenaza para alguien, sino que aumentan su calidad de vida y la de los
miembros de su familia. Un estudio científico realizado en Brasil reveló que
cuando la mujer produce y aporta a la casa, aumenta la supervivencia,
especialmente de los niños, hasta un 20% y se incrementan los recursos
destinados a educación, nutrición y sanidad. Cuando la mujer aporta ingresos a
su hogar es más fácil cubrir las necesidades básicas e incluso mejorar las
condiciones de su vivienda, los recursos para alimentación, transporte, salud,
esparcimiento, entre otros y las oportunidades para una mejor educación y
empleo.
Por otra parte, generar ingresos propios, tener bienes propios o rentas,
aumenta la seguridad y capacidad de la mujer para negociar o tomar
decisiones sobre su vida y los asuntos relevantes para su hogar y familia y la
hace menos vulnerable frente a la violencia u otras formas de abuso. Ten en
cuenta que depender económicamente de tu pareja u otro miembro de la
familia te dificultará que tomes decisiones con libertad.
Finalmente, la autonomía económica de la mujer, que involucra un altísimo
porcentaje de la población mundial, es un buen negocio. Mejora el crecimiento
económico y garantiza la satisfacción de las necesidades presentes y futuras,
contribuyendo con el desarrollo sostenible del planeta. De acuerdo con la ONU,
se proyecta que si hombres y mujeres participaran en el mercado laboral en
igualdad de condiciones habría un significativo aumento en el Producto Interno
Bruto o riqueza mundial, por ejemplo, de un 9% en América y un 13% en
Europa.
Concluimos entonces que la autonomía económica de la mujer mejora su
calidad de vida y la de todos los miembros de su familia, le aporta libertad,
seguridad y capacidad para tomar decisiones sobre los diferentes aspectos de
su vida, casa y familia y contribuye a aumentar el crecimiento económico, la
riqueza y sostenibilidad del planeta.
Te invito a sumar esfuerzos para promover la creación y aplicación de leyes y
prácticas que garanticen la igualdad de oportunidades de la mujer en materia
de educación, mercado de trabajo, condiciones laborales, y si eres
emprendedora, ejecutiva o gerente en alguna empresa, te exhorto a que
impulses la incorporación de mujeres al trabajo en condiciones apropiadas y su
independencia económica.
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