El crecimiento personal es un proceso de evolución individual permanente, y una herramienta clave para elevar nuestro nivel de consciencia.
De acuerdo con autores como Michael B. Beckwith y Vishen Lakianhi, existen 4 niveles de consciencia:
Nivel 1: sientes que la vida te sucede y tú eres una víctima. Tu sistema de creencias te hace pensar que eres víctima de tus circunstancias, de la presión social, las opiniones o acciones de los demás, y que no tienes el poder para transformar o crear tu propia realidad. Con esta perspectiva, manifiestas una realidad que no quieres, pero no te sientes competente para cambiarla.
Nivel 2: estás en control. Tú haces que la vida suceda: Descubres que eres responsable y tienes el poder para manifestar la realidad que deseas, entonces estás en capacidad de tomar el control de tu vida. Visualizas, actúas y alcanzas tus metas. Comienzas a entender que la vida es maravillosa y mereces disfrutarla, ser amada, exitosa y feliz.
Nivel 3: La vida sucede a través de ti: Entiendes que hay cosas que suceden que no dependen de ti, pero que igualmente son positivas, porque representan oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Adicionalmente, reconoces que existe un mundo fuera y otro dentro de ti. Confías y sigues tu intuición. Suceden cosas maravillosas, “milagros” y vives en estado de plenitud y agradecimiento. Practicas la meditación, el perdón, la compasión. En este nivel sientes que eres más que cuerpo y mente: eres espíritu, y entiendes tu conexión con el universo.
Nivel 4: Tú eres la vida: Este es el nivel de los visionarios, de las personas extraordinarias. Sientes la necesidad de cumplir tu misión y dejar un legado, una huella, en el mundo.
Las personas que consideramos extraordinarias tienen el hábito de invertir tiempo, dinero y esfuerzo, todos los días, en su crecimiento personal. Ahora bien, ¿Cómo podemos aumentar nuestro crecimiento personal?
Existen distintas opciones: mentores, buenos libros relacionados con el tema (los audiolibros han surgido como una interesante opción), cursos, eventos, cuentas en redes sociales como @improntademujeroficial, que transmiten permanentemente valiosos mensajes transformacionales en un lenguaje muy sencillo. Sin embargo, el ingrediente principal es nuestro compromiso de aplicar ese aprendizaje en la vida diaria. En palabras de la profesora de psicología Laurie Santos, de la Universidad de Yale: saber no es ni la mitad del trabajo. Se necesita poner en práctica lo que aprendemos para que funcione.
¿Cuándo es un buen momento para nuestro crecimiento personal? Siempre: al levantarnos, antes de ir al trabajo, mientras hacemos las tareas del hogar, en algún receso del trabajo, si comemos solos o si estamos en compañía de otras personas que también estén interesadas en su crecimiento personal, mientras nos trasladamos a algún lugar, antes de acostarnos… en fin, cualquier momento puede ser adecuado para practicar, conscientemente, esta actividad.
¿Cuánto tiempo al día debemos dedicarle? Es una decisión personal; sin embargo, los expertos sugieren que deberíamos invertir, al menos, 20 minutos al día. ¿Has oído hablar de la Regla del 1 %? James Clear, autor del libro “Hábitos Atómicos”, indica que, si dedicamos 20 minutos diarios a nuestro crecimiento personal, y mejoramos un 1 % cada día, en un año tendríamos una versión 37,78 % mejorada de nosotros mismos.
Si practicamos este hábito y aplicamos la Regla del 1 % durante el resto de nuestras vidas, lograríamos obtener aprendizaje de una manera distinta al dolor y sufrimiento que pueden generar las experiencias vividas; seríamos personas más valiosas, mejoraríamos integralmente y tendríamos una vida más plena, aprovechando las oportunidades de servir a los otros y de dejar un legado y huella en el mundo.
Cambiar el mundo es posible, pero solo como consecuencia del crecimiento y transformación individual de quienes vivimos en él. Te invito a comenzar hoy mismo a desarrollar tu crecimiento personal intencional, para transformarte tú, cambiar tu vida y hacer tu aporte para construir un mundo más justo y sostenible.
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