En artículos anteriores les he comentado, que en mi opinión, confiar en mí misma significa pensar, sentir que sí puedo, que sí tengo la capacidad de lograr mis metas. Esto hace una gran diferencia en la vida de cualquier persona, especialmente de una mujer, porque te aporta salud, bienestar y la motivación y seguridad que te hace falta para dar un paso hacia adelante con valentía, a pesar del miedo que puedas sentir frente a cualquier nuevo reto.
Adicionalmente, he venido compartiendo con ustedes mis 5 claves para aumentar la autoconfianza:
Recordarme todas las veces que he hecho las cosas bien y he logrado mis objetivos. Si las cosas no salen exactamente como quería, tomarme un momento para reflexionar sobre qué debí hacer diferente y no repetirlo en próximos retos u oportunidades. Esta es justamente la razón por la que no creo en el fracaso, incluso cuando las cosas no salen como quería, queda un aprendizaje valiosísimo para el futuro y esto no puede considerarse fracaso. Recordarme que Ser extraordinario no es un privilegio de pocos. La mayoría de las personas piensan esto, y la verdad es que para mí, la gente extraordinaria es igual a todos las demás. La diferencia está en que esas personas detectaron su talento o fortalezas y se atrevieron a desarrollarla. Algo que con trabajo personal, todos podemos lograr. Muy importante, la mayoría de las veces no nos atrevemos a hacer lo que soñamos, porque nos da terror que los demás no lo aprueben. Todos estamos aprobados, simplemente por ser seres humanos. Jamás lograrás que todo tu entorno esté de acuerdo. Entonces, suelo evaluar mi meta y si está alineada con mis valores, recuerdo que no necesito validación externa y aunque sienta miedo, doy un paso adelante. Rodearte de gente positiva, optimista, exitosa en lo que tú deseas lograr, que te guíe, que comparta contigo su experiencia, que te impulse. No imaginas la diferencia que esto hará en tu vida.
Ahora bien, en este artículo, me gustaría llamar tu atención sobre algo que llamo “pensamiento inteligente“ y que nada tiene que ver con que tenga origen en una mente brillante, sino en algo muy sencillo, al alcance de todas, que es entender el impacto que, según la ciencia tienen nuestros pensamientos sobre nuestros resultados y aprender a utilizarlos en nuestro favor.
En este sentido, he tenido la oportunidad de investigar sobre el tema, y particularmente, me encanta el enfoque de Verónica de Andrés y Florencia Andrés, madre e hija, argentinas y autoras de un libro muy interesante que se llama Confianza total y por eso me gustaría compartírselos. Ellas plantean que tienes 50.000 pensamientos aproximadamente en un día, y que de ellos, el 80% suelen ser pensamientos negativos acerca de ti misma. Esto genera una imagen en tu cerebro acerca de ti e impacta negativamente tus acciones y el resultado de las mismas. Evidentemente, esta tendencia afecta tu autoconfianza. Pero, la buena noticia es que tú puedes cambiar esos pensamientos y generar en tu cerebro la imagen mental de ti que deseas. Exactamente esto es lo que yo llamo pensamiento inteligente, que es el pensamiento constructivo sobre ti que puedes comenzar a tener de manera consciente y que te impulsa a confiar en ti misma y alcanzar tus objetivos. Puedes tomar la decisión conscientemente de sustituir afirmaciones como “NO sirvo para esto“ o “no soy buena para aquello“ por “quiero aprender a hacer tal cosa y sí puedo lograrlo“, especialmente si eliges desarrollar una mentalidad de crecimiento y piensas que no solo las personas que tienen talento pueden ser buenas en determinadas áreas, sino que cualquier persona con habilidades básicas puede ser buena en lo que se proponga con compromiso, disciplina y trabajo.
Así es como llegamos a un pensamiento increíblemente valioso, que me ha acompañado por muchos años, que quisiera invitarte a hacerlo tuyo e ilustrártelo con una anécdota personal. Como ya he contado en otras oportunidades, soy la madre de Gabriele y Amanda, de 12 y 9 años de edad, respectivamente. Todos los días les digo a mis hijos “Prométanme que si se proponen una meta, y alguien, sea quien sea, les dice que NO PUEDEN lograrla, ustedes no le van a creer”.
Hoy quiero pedirte lo mismo a ti. Existen personas, y lamentablemente muchísimas mujeres, que sí le creen a quienes dicen que ellas no pueden, sin darse cuenta de que muchas de esas personas hablan desde sus limitaciones y no desde las de ellas. Tú tienes el control de tus acciones. Tú eres responsable de tu destino. Piensa que no hay metas imposibles. Simplemente, muchas mujeres que no se comprometen lo suficiente con sus objetivos y no confían en sí mismas ni en la vida. Cambiarlo solo depende de nosotras.
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