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Foto del escritorLiz Torres

Querido 2020: ¡Muchas gracias por lo que me has enseñado!

Actualizado: 16 abr 2022


Es incuestionable que 2020 ha sido un año diferente en el mundo entero y que ha representado algo distinto para cada uno de nosotros. ¿Cómo evaluarlo? Es un tema que varía de persona en persona; sin embargo, por un lado, me resulta curioso encontrar conocidos que dicen que ha sido el peor año de sus vidas pero: no se enfermaron, ni perdieron a algún familiar o sus trabajos y tampoco trabajaron en áreas como la de salud, que generó un alto nivel de exigencia y sacrificio a sus profesionales, mantuvieron su nivel de ingresos y estuvieron cerca de la gente que aman; por otro lado, también conozco gente que tuvo en riesgo su salud, perdió a un ser querido o algo muy importante en su vida y evalúa el 2020 como trascendental y no como un año malo. ¿Cómo se explica esto?


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En lo personal, pienso que este ha sido un año sumamente retador por los cambios que experimenté y por lo que vi que el mundo entero tuvo que vivir; pero también, ha sido el año en el que he experimentado mi mayor crecimiento espiritual. Entonces, para mí, sin duda, ha sido uno de los mejores años de toda mi vida.


Siempre he vivido a mil kilómetros por hora. Soy una máquina de sueños y proyectos en los distintos ámbitos de mi vida, y no descanso hasta lograrlos. Sin embargo, el 2020 me dio la oportunidad de detenerme, hacer una pausa, disfrutar mi casa, comer sano y sin carreras, dormir mejor, pasar mucho más tiempo en familia, leer, formarme (estudiar, ver podcasts, vídeos, hacer cursos online que antes no tenía tiempo de hacer), cuestionar mis creencias, las reglas de la sociedad, revisar mis prioridades, identificar mis metas finales, establecer límites y descubrir lo que realmente es valioso y me hace feliz. Un proyecto importante para mí fue comenzar Impronta de Mujer, en donde he tenido la oportunidad de construir una comunidad extraordinaria y compartir con ella cada cosa maravillosa que he aprendido, probado y comprobado que funciona. En fin, durante 2020 fueron muchas y muy importantes las cosas que descubrí y que hemos estado compartiendo a través de @ImprontadeMujeroficial; hoy quiero destacar los aprendizajes más relevantes que a partir de este año son parte de mi filosofía de vida:

  1. Nuestra realidad es la proyección de nuestras creencias. Si en algo debemos ser selectivos es en lo que creemos, porque tu vida es el resultado de lo que crees. ¿Has escuchado alguna vez la frase de Henry Ford que dice: “si crees que puedes, es verdad; y si crees que no puedes, también es verdad”? Entonces, la clave es eliminar toda creencia que te limite y sustituirla por aquellas que te empoderan para disfrutar de una vida ilimitada.

  2. Todo lo que siempre creí que tenía que ser, hacer y lograr para ser feliz, era falso. ¿Conoces seres humanos que logran satisfacer sus verdaderas necesidades, obtener dinero y cosas materiales, adquirir fama, una carrera y formar una familia pero no son necesariamente para ser felices? Ser feliz es un estado que podemos lograr aquí y ahora practicando hábitos empoderadores, algunos son más sencillos y otros requieren compromiso y determinación, por ejemplo: practicar continuamente la amabilidad, generosidad, gratitud y compasión; lograr una buena conexión social, mantener una alimentación saludable, hacer ejercicios, respetar las horas de sueño y perdonar (a los otros y a sí mismo). Cuando estás feliz puedes lograr cualquier meta que tú quieras, independientemente de que la necesites o no.

  3. Somos espíritus viviendo una experiencia humana. Nuestro verdadero trabajo es crecer. Lo que realmente nos hace sentir plenos y da sentido a nuestras vidas es tener una misión que eleve nuestro nivel de consciencia y deje un legado o huella en el mundo. Podemos pasar el resto de la vida creyendo que no somos felices porque no tenemos pareja, un hijo, una casa grande con piscina, un automóvil, millones de dólares, bienes materiales, viajes, un cargo importante, una carrera exitosa, un trabajo o negocio altamente rentable o millones de seguidores en las redes. Pero, si te lo propones y alcanzas cualquiera de estas cosas (o todas), descubrirás que la sensación de alegría es pasajera y dura el breve momento, o hasta poco después, de alcanzado tu logro; luego, volverás a necesitar más y más hasta nunca acabar. Lo único que genera un estado de plenitud real es crecer, transformarte en una mejor persona y dedicar tu vida a hacer algo que tenga un propósito y que haga mejor tu vida y la de los demás.

  4. Existe un mundo afuera y otro dentro de nosotros. En nuestro mundo interior está todo nuestro poder y todas las respuestas que necesitamos. Somos suficientes. No necesitamos validación de algo o alguien que este fuera de nosotros. Todos los seres humanos, incluso el que vive en condiciones extremas, tiene algo por qué sentirse agradecido. Entonces, no te enfoques en lo que te falta, presta tu atención al aquí y ahora, a las bendiciones que disfrutas, a lo que has logrado desde que comenzó tu vida hasta hoy, y vive agradecido.

La razón por la que tantas personas que no perdieron a alguien o algo muy valioso para ellos durante 2020 se enfocan únicamente en que es aburrido estar en casa, usar máscara, entre otros; es que no visualizaron la gran oportunidad que este año les ofrecía para crecer y descubrir maravillas como las que hemos compartido en los cuatro puntos anteriores. La buena noticia es que 2020 no se ha acabado y aún tienes la oportunidad de reflexionar sobre lo que hemos hablado en este artículo y convertir este año en uno de los mejores de tu vida. Entonces, ¡te invito a hacerlo ahora!



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